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El Sábado 31 estuvimos celebrando el Día Nacional de la Obstetricia en las escalinatas de la Facultad de Medicina de la UBA.

La convocatoria me atrajo no solo por la profunda empatía que siento respecto de estas mujeres maravillosas y de su respectable labor, sino porque además están pidiendo las acompañemos en el pedido de una ley que avale el establecimiento de casas de parto.

"Las casas de parto son una opción más donde trabajar las parteras y donde parir las mujeres", dice Sandra La Porta, partera holística."En los países industrializados esta opción es elegida por las mujeres, muchas mujeres no quieren parir ni en su casa ni en un ambiente hospitalario..."

Contaba Sandra que tal vez los motivo más relevantes para este pedido son sociales, antropológicos y culturales: "en las casas de partos se fomenta la matria, ese entramado social de mujeres trabajando en red" y sobre el que tanto estamos trabajando las mujeres para restaurar esta realidad a veces fracturada.

Unir lazos sería nuestra misión.

 









 


Será ley.



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Ya vendrán tiempos mejores.

Viva La Patria!


 






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La primera vez que mi hermano que hace rato se convirtió en chacarero y riojano me contó que estaban a punto de comer una cabeza de vaca, lo que menos me dió fue una buena impresión todo el asunto (más bien todo lo contrario):

Cabeza guateada o cabeza guatiada o simplemente guatia. Preparación gastronómica típica del Noreste de Argentina. La palabra guatiar o guatear alude a la cabeza de la vaca, preparada con sal y condimentos, cocinada al horno de barro o enterrada, previamente descuerada. De este tipo de preparaciones una de las más frecuentes es la que se hace con una cabeza de res (por ejemplo una cabeza de vaca).



Claro, por ese entonces ignoraba varias cuestiones, tales como el ritual de su preparación y la espera, la posibilidad de aprovechar todos las partes del animal (en general las cabezas de las vacas se descartan) y sobre todo ignoraba que juntarse para una guateada es festejo, reunión. Una verdadera fiesta haber compartido esto con el hermano y su familia riojana.

Gracias Diego Frescura y familia por recibirnos con tanto amor.













En la casa de Diego, conocimos también algo de la obra de su madre, Doña Ramona Frescura, una artista e incansable trabajadora, de impresionantes rasgos bien de la tierra, conocida allí y en el ambiente por su magnífica labor de trabajar con telares y tapices. Enorme mujer ♥




Artista y luchadora por los derechos de las mujeres.











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